Por Vicente Adum Gilbert.
Durante una larga y entretenida tertulia con el historiador Rodolfo Pérez Pimentel a inicios de 2021 surgió espontáneamente el tema de la hacienda El Castillo, ubicada en las cercanías del poblado de San Isidro en la vía Guayaquil – Salinas. Por esas casualidades de la vida, y como parte de un paseo de integración del grado de la escuela de mi hija, mi familia y yo habíamos visitado dicha hacienda en enero de 2018.
Después del recorrido por la hacienda cacaotera y su pequeña fábrica de chocolate, mientras las niñas jugaban en la rampa que asciende hasta la meseta donde se asienta el castillo, noté que, a un costado de la misma y escondida entre la vegetación, se asomaba una lápida de piedra blanqueada. Grande fue mi sorpresa al descubrir que se trataba de una tumba con un epitafio tallado en la piedra, con las letras destacadas con pintura negra. Noté que la inscripción en la tumba estaba escrita en la lengua de Goethe y me embarqué en el ejercicio de intentar traducirla. ¡Por fin había encontrado algún uso para los cursos de alemán que (voluntariamente) había tomado en épocas en el que tiempo me sobraba! La lápida resultó ser la tumba de King Kong, que obviamente no era el simio gigante de la célebre película de 1933, sino de un perro que, en vida, había sido “odiado por todos, pero amado por su señor”, de acuerdo con la inscripción del epitafio.
Sin embargo, la de King Kong no era la única tumba en este lugar: estaba parado sobre un pequeño cementerio de mascotas. Pude encontrar tres tumbas adicionales en las que se hallaban enterrados los siguientes animales: Micky, Rochita y Peto. Cada uno de los epitafios de las cuatro tumbas de estos animales se encontraban escritos en distintos idiomas (alemán, latín, inglés y español). Decidí tomar múltiples fotos a los epitafios para traducirlas con tranquilidad posteriormente, pero estas quedaron en el olvido dentro del disco duro de mi computadora.
Al comentarle fugazmente esta experiencia a Rodolfo, se apresuró en relatarme la historia del Conde Ludwig Weber von Wagenfüer, un alemán que había llegado al Ecuador en la década de 1930 y que se había casado con María Angélica Calero, hija del célebre empresario y comerciante Evangelista Calero, quien partiendo de cero había amasado una inmensa fortuna (al escribir esta línea recordé la razón por la que empezamos a conversar sobre El Castillo con Rodolfo: estábamos revisando la foto del Edificio Calero que aparece en el ejemplar del libro Guayaquil – Historias a Color que le había llevado a obsequiar, conversación que terminó derivándose hacia la historia de los herederos de don Evangelista y la dilapidación de su fortuna). El mencionado Conde y su esposa habían construido este castillo a manera de casa de verano “en parte de un terreno de 1600 hectáreas que habían comprado alrededor del Recinto San Isidro. […] El Conde von Wagenfüer y su familia pasaron muchos años de su vida en El Castillo, hasta su muerte en 1967” (1). Por la fecha de defunción del Conde y la de los animales, es claro que King Kong, Micky y Rochita, fallecidos al finalizar la década de 1950, pertenecieron a él y su familia. La tumba de Peto es de un período posterior, por lo que este animal no perteneció al Conde Weber ni a su familia. A pesar de la sencillez de las tumbas, éstas constituyen un testimonio del amor que Ludwig Weber tuvo por sus mascotas.
Al terminar la conversación, Rodolfo me solicitó con notable interés que le facilitara las fotografías de las lápidas de los animales (sobre cuya existencia él tenía pleno conocimiento), siendo esta la razón por la que, meses después de aquello y una vez localizadas las imágenes en mi computadora, escribo este breve artículo al que las adjunto, agregando transcripciones y traducciones de los epitafios.
LA TUMBA DE KING KONG
Transcripcción:
“HEIR RUHT
MEIN BESTER FREUND
KING KONG
ALLEN GEHASST ABER GELIEBT
VON SEINEM HERRN
DEZEMBER 19 1959”
Traducción:
“AQUÍ YACE
MI MEJOR AMIGO
KING KONG
ODIADO POR TODOS, PERO AMADO
POR SU SEÑOR.
DICIEMBRE 19 DE 1959”
LA TUMBA DE MICKY
Transcripcción:
“AD HIC LOCA
REQUIESCAT
MICKY
DILECTA CANIS
XI X MCMLVIII”
Traducción (aproximada):
“EN ESTE LUGAR
DESCANSA
MICKY
PERRO AMADO
NOVIEMBRE 10 DE 1958”
(Opcional: 11 OCTUBRE DE 1958).
Nota: la gramática latina del epitafio original no parece ser correcta, ya que la traducción literal de la primera línea sería algo así como “En aquí lugar” (2), que he traducido como “en este lugar”.
LA TUMBA DE ROCHITA
Transcripcción:
“LIES
HERE MY GOOD FRIEND
ROCHITA
OCTUBRE o 1959”
Traducción:
“YACE
AQUÍ MI BUENA AMIGA
ROCHITA
OCTUBRE o 1959”
LA TUMBA DE PETO
Transcripcción:
“AQUÍ DESCANSA
PETO
2000 – 2011”
Nota: en esta tumba hay otra placa con una leyenda que no es legible en la foto.
Referencias
1. Hacienda El Castillo. Hacienda. [En línea] SantDev, 2018. [Citado el: 30 de abril de 2021.] https://haciendaelcastillo.com/hacienda/.
2. Everest Diccionarios. Diccionario Cumbre Latino – Español, Español – Latino. Segunda edición. León – España : Editorial Everest S.A., 2001.
Magnífica historia.
La manera como la relata su autor da la impresión que te traslada en el tiempo.
Da gusto que personas como ud.escriban verdaderas hostias siempre se vei el castillo desde la carretera Salinas guayQuil saludos
Me encanta la narración pero aún más me encanta el amor de un hombre por sus animales. Pocos seres humanos son capaces de trascender a ese nivel de amor
Este blog es una maravilla. Pensé que era el único que se interesaba por las historias y leyendas de Guayaquil y sus alrededores.
Muchas gracias por su amable comentario.