Por Vicente Adum Gilbert.
Con seguridad, serán muchos los que recuerden con nostalgia la melodía y las palabras alargadas que le daban ese toque de suspenso emotivo a la introducción del famoso comercial «¿Qué quieren los grandes?» de salsa de tomate Los Andes, uno de los más célebres de la publicidad ecuatoriana, producido a inicios de la década del noventa. La inmensa popularidad de este comercial consiguió que el producto se convirtiera, en efecto, en «el sabor que todos quieren comer», tal como rezaba el slogan de la campaña.
Este comercial fue tan famoso y penetró tan profundo en nuestras memorias que hizo que una generación entera prácticamente olvidara que antes de éste hubo otros comerciales del mismo producto tan o más innovadores y memorables que él. Es el caso de los spots publicitarios a los que me refiero en este breve artículo y que he compartido en mi canal de youtube, Cronóstatos.
Un comercial ochentero muy novedoso
Entre mediados y finales de los ochentas apareció un comercial de Los Andes en el que utilizaron técnicas de stop-motion para lograr el efecto de conversión de un tomate en un envase de salsa de tomate, mientras en el jingle de fondo se escuchaba «tomate, solo tomate, puro tomate, que se convierte en la rica salsa Los Andes», ante el asombro de los personajes que aparecen en el spot. Para la época, este comercial fue muy novedoso, y todo un logro desde un punto de vista técnico. Al final del spot se destaca la novedad incorporada al producto: la «tapa de seguridad», que no era más que un plástico termo-encogible que recubría la tapa tradicional.
El sabor de la pureza
Probablemente a finales de los setentas o inicios de los ochentas, supuesto que sustento en el tipo de vestimenta y peinados que utilizan los personajes, se publicó este comercial en el que el énfasis estaba en resaltar que la salsa de tomate Los Andes estaba hecha con «puro tomate», por lo que era una «salsa pura», siendo el slogan en aquel tiempo «El sabor de la pureza». De este spot publicitario tengo un leve recuerdo que me remonta a mi temprana infancia, aquellos años del Kínder en Urdesa y de Preparatoria en el «sin par» San José La Salle.
Un comercial bastante setentero
Del siguiente comercial no tengo ningún recuerdo apreciable, sin embargo, por el estilo general del spot, y en particular, por el de la animación, con seguridad pertenece a la década del setenta. Por otro lado, es claro que este antecede a los demás, ya que en este anuncio se destacaba la introducción al mercado del envase de tamaño familiar, presentación que ya aparece como algo corriente, o no destacable, en los comerciales más recientes. En este comercial se hace uso de los dibujos animados y de música tropical para enfatizar que la salsa de tomate Los Andes «no permite intrusos» en su mezcla (es decir, otros vegetales o frutos), siendo el slogan de la época «El prestigio de una buena mesa», un tanto inconexo con el objetivo del comercial, en mi opinión.
Un poco de historia
Los comerciales que aparecen en este artículo llegaron a mis manos en formato digital por coincidencias del destino, y gracias a ellas, ahora están disponibles por medio de mi canal para que todos los interesados los puedan apreciar. La salsa de tomate Los Andes es un producto de PROALCO, compañía ecuatoriana que desde 1965 se dedica a la producción y comercialización de diversos productos alimenticios y bebidas. PROALCO conservaba buena parte de sus comerciales en casetes de tipo U-matic de 3/4 y, cuando estos se empezaron a deteriorar, la empresa tomó la acertada decisión de digitalizar su archivo, alrededor del año 2005. Es así como estos pedazos de la historia publicitaria y comercial de nuestro país se salvaron para el deleite de futuras generaciones.
Esta pequeña colección de comerciales de salsa de tomate Los Andes permite a los académicos echar una mirada a la evolución de los estilos de publicidad ecuatoriana desde los setentas hasta inicios de los noventas, que fue mutando desde lo puramente descriptivo, la exposición constante de la marca, y el resalte de los atributos diferenciadores del producto, por ejemplo, por medio del sencillo «nada más que tomate»; pasando por la utilización de tecnologías innovadoras; hasta la explotación de sensaciones y necesidades humanas por medio de frases como la celebérrima «¿Qué quieren los grandes?», y la utilización de recursos en los que la marca en sí pasa a un segundo plano, a pesar de estar presente constantemente de una manera más subliminal. Por otro lado, para el resto de nosotros, esta recopilación nos lleva a darnos un chapuzón en el mar de la nostalgia, para evocar ese pasado distante, de grata recordación, que muchos quisiéramos volver a vivir.
Nota del editor: Si usted posee más información sobre estos comerciales (productores, actores, locaciones, agencias de publicidad, fechas, entre otros), no dude en dejar un comentario junto con su información de contacto.
Excelente reseña histórica Cheto felicitaciomes
Gracias, Pablo. ¡Un abrazo!
Extraordinario Chento, gracias por compartir estos comerciales que nos transportan al pasado
Gracias por tu comentario, Rafael. ¡Un abrazo!