Por Vicente Adum Gilbert.
Introducción
Este artículo se refiere a tres fotografías que, debidamente coloreadas, fueron incluidas de último momento en la primera edición del libro Guayaquil – Historias a color, lanzado a finales de 2020 y coescrito por mí y Édgar Landívar. Debido a que estas imágenes se colocaron únicamente como ilustraciones para acompañar el índice de contenido, no tuvieron otra historia que las complemente más que brevísimos títulos descriptivos que se asoman tímidamente en la página de créditos, y que dejan al lector con la necesidad de saber más sobre ellas.
A pesar de la falta de relatos, tanto por la belleza estética de estas tres fotografías como por la necesidad de conservar la línea gráfica del resto de obra, la adición de estas imágenes fue un verdadero acierto. Sin embargo, siempre me quedó la sensación de haber dejado algo pendiente, sensación que luego se convertiría en la necesidad de plasmar en papel sus respectivas historias, especialmente tras haber recibido decenas de preguntas provenientes de curiosos lectores, intrigados por el carácter excepcional y rareza de dichas fotos.
Con este artículo busco complementar la experiencia de aquellos lectores interesados en conocer un poco más sobre estas fotografías, escribiendo sus historias en el mismo orden en que aparecen en el libro.
Nota de editor: este artículo completo fue publicado originalmente en la edición #18 (Octubre de 2021) de Ventanales, revista institucional de la Universidad Casa Grande de Guayaquil. En este post solamente se ha incluido la historia de la primera de las mencionadas fotografías, correspondiente al establecimiento comercial de Nicolás Bertullo. Las historias restantes serán publicadas en posts futuros en Cronóstatos. Sin embargo, el artículo completo en formato pdf puede leerse en la revista Ventanales (páginas 178 a 181).
Establecimiento comercial de Nicolás Bertullo
En la imagen 1, Nicolás Bertullo, quien era un comerciante italiano, importador de abarrotes, ferretería, artículos navales y medicinas de patente; parece mirarnos fijamente desde el pasado, sentado en el escritorio de su amplio establecimiento que se encontraba ubicado en la esquina sur de Malecón y Sucre, donde en la actualidad hay un garaje. Bertullo contrató alrededor de 1920 una publicidad con la compañía editora Prensa Ecuatoriana, de Carlos Manuel Noboa Ledesma, motivo por el que fotografías de dos secciones de su almacén, entre las que se encontraba la que aquí se muestra, se publicaron en la obra América Libre – Guayaquil en 1920 (1920), acompañadas por esta reseña:
“La firma, aunque muy moderna en nuestro comercio, puesto que la presente data apenas del año pasado, viene derivándose desde mucho antes en el comercio de Guayaquil y siempre con buen crédito. La casa llevó en otro tiempo el nombre de Néspolo & Bertullo, después L. Cavagnaro y Cía., y recientemente los señores Enrique A. Rolando y Nicolás Brescia formaban la sociedad mercantil que quedó disuelta por mutuo acuerdo en mayo de 1918, quedando el negocio por cuenta del actual propietario. Los negocios son buenos, el jefe de la casa es experto y la clientela numerosa” (Noboa, 1920, p. 218). En efecto, la casa ya contaba con una larga trayectoria para la fecha en que fue escrita esta reseña, ya que había sido establecida en 1896, varios años antes de la llegada de Nicolás a Guayaquil (Bertullo, 1920).
Nicolás Bertullo Costa, quien había nacido en 1888 (Geneanet, s. f.), llegó al Ecuador a la edad de 11 años, proveniente de Santa Margherita Ligure, una población de Génova. Al llegar a Guayaquil, pasó penurias y momentos difíciles por la falta de un lugar propio donde dormir. Al poco tiempo, se ganó la confianza de otros inmigrantes italianos, quienes, habiendo llegado previamente a Ecuador, ya contaban con un nombre y experiencia dentro del comercio guayaquileño, permitiéndole empezar a forjar su destino como comerciante en esta ciudad. “Mi abuelo hizo bastante fortuna con ese negocio, dejó algunas propiedades”, comentó Nicolás Cevallos B. (comunicación personal, 27 de abril de 2021), quien recuerda haber visto en su niñez recipientes inmensos de manteca dentro del almacén, “de esa manteca que venía en latas”.
En la fotografía puede observarse grandes latas, frascos y botellas de diversos productos, cuyas etiquetas no son legibles. Así mismo, es posible identificar productos diversos que formaban parte de sus líneas de abarrotes y ferretería, entre los que destacan guitarras, plumeros, escobas, candados, barriles, cajas de jabón sulfuroso, cajas de Sapolio y latas de aceite República.
En 1922, Bertullo contrajo matrimonio con Margarita Olgrifolio, quien falleció al poco tiempo, dejándolo con una pequeña hija, Margarita, madre de los Cevallos Bertullo. A finales de 1926, se unió en segundas nupcias con Rosa Elena Béjar, con quien procreó a Ana Teresa, madre de los Guzmán Bertullo (Geneanet, s. f.). Luego de mantener una vida dedicada al comercio, Nicolás Bertullo falleció a finales de la década de 1950 (comunicación personal, 27 de abril de 2021). Muchos de sus descendientes viven todavía en Guayaquil.
Referencias
Bertullo, N. (13 de septiembre de 1920). [Carta a A. R. Valdespino Hnos.]. Carta original en posesión de Édgar Landívar Chávez.
Geneanet. Nicolás Bertullo. Recuperado el 29 de abril de 2021 de https://bit.ly/3ho5ZOl.
Nota del editor: Este artículo fue escrito originalmente de acuerdo a los lineamientos de publicación de la revista Ventanales. Por este motivo, el estilo de citación de referencias en este post corresponde al utilizado por dicha revista, y difiere en relación al que utilizamos usualmente en Cronóstatos.
Realmente es impresionante la información tan veraz… Agradezco traer a la memoria eventos tan importantes… De dónde venimos y no olvidar los esfuerzos y enseñanzas de nuestros antepasados.
Saludos,
María Leonor Cevallos Bertullo
Nieta de Nicolás Bertullo
Excelente investigación.muy precisa y confiable.
Nicolás Cevallos Bertullo
Nieto de Nicolás Bertullo Costa